Gárgolas insomnes

Abril 28 de 2006

La burocracia del hospital 20 de Noviembre está "organizada" del tal modo que si alguien visita a un paciente en cardiología puede sufrir un infarto allí mismo, con el inconveniente de que, para ser atendido, tiene que esperar en otro hospital a que los médicos de este hospital tengan camas disponibles y después se enteren de que tienen camas disponibles y por último acepten que tienen camas disponibles. Una vez internado el visitante, la burocracia puede ocasionarles un infarto a sus familiares, con el inconveniente de que, para ser atendidos allí mismo, tienen que hacer antesala en otro hospital para que los médicos de este hospital tengan camas disponibles y después se enteren de que tienen camas disponibles y por último acepten que tienen camas disponibles. Una vez internados los familiares...

Afortunadamente, mi papá ya está en su casa.

[] Iván Rincón 11:53 PM

Abril 25 de 2006

Ayer coincidí con Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe y Elena Poniatowska en la Cineteca Nacional; vimos la misma película en la misma función y, obviamente, en la misma sala, sentados inclusive en la misma hilera de asientos, casi juntos; pero no me percaté de ellas sino hasta el final, cuando se levantaron y se fueron. Como suelo esperar a que terminen los créditos y además me gustaba la canción que los acompañaba, dejé pasar la oportunidad de saludar a estas tres celebridades. Quizás Jesusa hubiera preguntado qué me parecía la película y yo habría contestado que me parecía un buen trabajo, pero muy difícil de apreciar con una proyección tan mala, tan oscura, tan opaca, o sea, como siempre sucede en la Cineteca, pero ahora peor, porque cada vez están peor allí. Supongo que las tres habrían compartido conmigo el disgusto y la frustración de no tener a quién reclamar por esta falta de respeto al cine y, sobre todo, al público. Quizás Liliana o la misma Jesusa hubiera preguntado cómo está mi papá y yo habría contestado que mi papá sufrió un infarto al miocardio hace diez días y sigue hospitalizado. "Todo está bajo control", habría agregado yo para no alarmarlas. Y no me hubiera despedido de ellas sin decirle a Elena que es un honor saludarla, especialmente ahora que, por todos los medios, las hienas transmiten su rabia. Nada de eso ocurrió; terminó la película y fui el último en salir de la sala. Pasaban de las once de la noche y una lluvia de abril seguía cayendo sobre la soledad de la calle en mi regreso a casa.

[] Iván Rincón 9:10 PM

Abril 5 de 2006

Si los que aprobaron la aberración llamada Ley Televisa son senadores "de la República", entonces El Jefe Diego debe ser abogado "de la Nación" en el próximo sexenio, o sea, procurador general "de la República", salvo que le den el hueso al penalista Juan Velázquez, que ha sido defensor de Luis Echeverría, Raúl Salinas, Romero Deschamps, El Negro Durazo... Y Kamel Nacif debe ser secretario de Trabajo, y Succar Kuri, secretario de Turismo, y Mario Villanueva, secretario de Salud... En fin. Las instituciones públicas al servicio de los peores intereses privados engendran monstruos como Televisa y familias como la de Fox.

[] Iván Rincón 3:44 AM

Abril 3 de 2006

I

Atrapado entre la sensual mirada de Tahoma y la voz musical de Samaria, el reflejo de una pálida sombra en el espejo y la renuncia del autor a seguir el paso de los días; imbuido quizás por el preciosismo rítmico de García Márquez y la falsa erudición de Borges, escribió uno más de sus delirios. ¿Qué otra cosa podía hacer? Aunque los calendarios se negaran a contarlo y los relojes a medirlo, el tiempo terminaría por oscurecer las páginas del libro cerrado que había sido su vida, tan hermética que parecía tener doble lomo. Detrás de la máscara no había otro rostro ni rastro del anonimato. Su nombre siempre sería Nadie.

Un periodista detestado desde hacía doce años hablaba por teléfono con un poderoso pederasta. ¡Guácala!, exclamaba el autor. "Tenías razón", aceptaba Tahoma, "el tipo es una mierda". Los diputados exhibían su unánime ignominia con ignominiosa unanimidad, para que la mayoría de los senadores la ratificara y el títere mayor la publicara como decreto, mientras Samaria ahogaba un grito de indignación en las gélidas aguas del cálculo político.

-¿Y tú qué harás al respecto?

-Al respecto, nada; seguiré leyendo a Borges y García Márquez para desintoxicarme de Lydia Cacho.

-¡Y Lidia Camacho!

-Por supuesto.

II

Al morir el día, la ensangrentada luz del horizonte se repliega, la oscuridad de la noche se despliega y la intensidad del silencio abre paso al rumor del pensamiento y estremece la peluda piel de los gatos.

Al morir la noche, los vampiros regresan al ataúd.

[] Iván Rincón 7:39 AM

Marzo 25 de 2006

Con tal de no quedar atrapado en sus brazos, esta vez ni siquiera la voy a saludar, me dije al ver, dos filas adelante, el rostro de esa mujer que huele a cigarro siempre y se maquilla cada vez más, con sus tres años menos que yo y sus cinco centímetros de altura por encima de mí. En esta ocasión me pareció muy guapa y alegre, pero preferí pensar en la inmortalidad del cangrejo y los escarabajos egipcios, y hacerme de la vista gorda y fingir que La Virgen me hablaba, cuando alguien espetó a mis espaldas un sardónico ¡Ivanrín! Me lleva la chingada, pensé; quizás debería usar de nuevo la gorra española que dejé de ponerme cuando advertí que se quedaba con mi escaso cabello.

-No has actualizado las gárgolas, Ivanrín.

-Ya me cayeron gordas esas pinches gárgolas.

Y sobrevino entonces un torrente incontenible de información acumulada, quizás durante meses, que abrumó de pronto, con prisa y sin pausa, las neuronas que sobreviven a ocho años de insomnio y cuatro meses de abstinencia. Que si la crisis del agua y la del petróleo y la guerra en Irak y la otra campaña. Que si el cerebro de Salinas y el dinero de Ahumada y el culero de Fox y el reportero precioso.

"Me cae de madres que no tengo ni puta idea de qué carajo me hablas", atajé como pude, ante lo que mi politizado interlocutor trató de justificar su ansiedad. "Lo que pasa -dijo como dicen los que dicen así- es que no recuerdo haberme sentido tan prángana desde que era estudiante".

-Ni puta idea de qué madres...

-¡Iván Rincón! ¿Por qué no me saludas, majadero?

Olía a cigarro, como siempre, pero la película me salvó, como lo hubiera hecho Dios, de quedar atrapado en sus brazos o continuar la plática miscelánea con el señor dispersión. Hermosa película, por cierto.

[] Iván Rincón 4:43 AM

Marzo 16 de 2006

Después de errar la estrategia de difusión en el caso de San Juan Lalana, entre otros, soñé que viajaba urgentemente a Oaxaca y me apersonaba en la oficina de Israel Ochoa. "Ya no vamos a enviarte información", me decía Israel. "¿Por qué?", preguntaba yo. "Porque no haces nada con ella", respondía él. "Y tampoco vamos a darte café cuando vengas", agregaba Yahali. "¿Por qué?", preguntaba yo. "Porque ya no tomas café", contestaba ella.

Alguien me recomendó hace unos días que fuera a la explanada de mi delegación porque allí está la Guelaguetza, entre otras cosas, y recordé mis noches mezcaleras en Oaxaca y recordé también a Yahali, y una vez más ocurrió que, al llegar a donde vivo y conectarme las venas a internet, encontré un mensaje suyo y dos fotos en las que aparece con un vestido indígena (supongo que trique), junto a Israel Ochoa y Aline Castellanos, entre otros. Además leí que Mezcal, de Ignacio Ortiz, obtuvo seis arieles, contando el que otorgan a la mejor película. ¡De acuerdo!, pensé.

"Curiosa coincidencia", comentó por su parte mi otro yo, celebrando con agua un nuevo record de abstinencia. No todo en la vida es poder y pederastia, ni la otra campaña. También hay polvo que sacudir en la memoria y amigos que entrañar... entre otras cosas.

¡Salud pues!

[] Iván Rincón 4:11 AM